propositio 65 Pars 4, prop 65 |
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Según la guía de la razón, entre dos bienes escogeremos el mayor, y entre dos males, el menor.
De duobus bonis majus et de duobus malis minus ex rationis ductu sequemur.
De duobus bonis majus et de duobus malis minus ex rationis ductu sequemur.
De deux biens nous rechercherons sous la conduite de la Raison le plus grand, et de deux maux le moindre. (Appuhn - fr)
Under the guidance of reason we should pursue the greater of two goods and the lesser of two evils. (Elwes - en)
Unter der Leitung der Vernunft werden wir von zwei Gütern das größere und von zwei Übeln das kleinere wählen. (Stern - de)
Quando siamo guidati dalla Ragione noi ci rivolgiamo al maggiore fra due beni e ci adattiamo al minore fra due mali. (Peri - it)
Wanneer wij geleid worden door de Rede, zullen wij van twee goede zaken de beste en van twee slechte de minst slechte kiezen. (Suchtelen - nl)
Sous la conduite de la raison, nous recherchons de deux biens le plus grand, et de deux maux le moindre. (Pautrat - fr)
Sous la conduite de la Raison nous rechercherons de deux biens le plus grand, et de deux maux le moindre. (Misrahi - fr)
demonstratio by 4, pref | 4, prop 63, cor
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4, prop 65, demo - Un bien que impide que disfrutemos de otro bien mayor es, en realidad, un mal; en efecto, mal y bien se predican de las cosas (como hemos mostrado en el Prefacio de esta Parte) en cuanto que las comparamos entre sí, y (por la misma razón) un mal menor es, en realidad, un bien; por ello (por el Corolario de la Proposición 63 de esta Parte), según la guía de la razón, apeteceremos o seguiremos sólo el bien mayor y el mal menor. Q.E.D.
4, prop 65, demo - Bonum quod impedit quominus majore bono fruamur, est revera malum; malum enim et bonum (ut in praefatione hujus ostendimus) de rebus dicitur quatenus easdem ad invicem comparamus et (per eandem rationem) malum minus revera bonum est; quare (per corollarium propositionis 63 hujus) ex rationis ductu bonum tantum majus et malum minus appetemus seu sequemur. Q.E.D.
4, prop 65, demo - Un bien qui empêche que nous ne jouissions d'un bien plus grand, est en réalité un mal ; car mauvais et bon (comme nous l'avons montré dans la Préface de celle Partie) se disent des choses en tant que nous les comparons entre elles ; et un mal moindre est en réalité un bien (pour la même raison) ; c'est pourquoi (Coroll. de la Prop. 63) sous la conduite de la Raison nous appéterons ou rechercherons seulement un bien plus grand et un mal moindre. C.Q.F.D. (Appuhn - fr)
4, prop 65, demo - A good which prevents our enjoyment of a greater good is in reality an evil; for we apply the terms good and bad to things, in so far as we compare them one with another (see preface to this Part); therefore, evil is in reality a lesser good; hence under the guidance of reason we seek or pursue only the greater good and the lesser evil. Q.E.D. (Elwes - en)
4, prop 65, demo - Ein Gut, welches uns hindert, ein größeres Gut zu genießen, ist in Wahrheit ein Übel. Denn schlecht und gut heißen die Dinge (wie im Vorwort dieses Teils gezeigt wurde), sofern wir sie miteinander vergleichen, und das kleinere Übel ist (aus demselben Grunde) inWahrheit ein Gut. Daher werden wir (nach Zusatz zum vorigen Lehrsatz) unter der Leitung der Vernunft nur das größere Gut und das kleinere Übel verlangen oder wählen. -W.z.b.w. (Stern - de)
4, prop 65, demo - Un bene che ci impedisca di fruire di un bene maggiore è in realtà un male: le cose, infatti, sono qualificate buone o cattive come abbiamo detto nella Prefazione di questa Parte in quanto noi le confrontiamo fra di esse. Per la stessa ragione un male minore d'un altro è in realtà un bene. Ragion per cui, quando siamo guidati dalla Ragione, noi appetiremo, ossia perseguiremo, un bene solo se maggiore d'un altro, e un male solo se minore d'un altro. (Conseg. d. Prop. 63 qui sopra). (Peri - it)
4, prop 65, demo - Het goed, dat ons belet van een grooter goed te genieten, is eigenlijk een kwaad; goed en kwaad immers noemen wij de dingen (gelijk wij in de Voorrede van dit Deel hebben betoogd), voorzoover wij ze met elkaar vergelijken. Een geringer kwaad daarentegen is (om dezelfde reden) eigenlijk goed, zoodat wij (vlg. Gevolg voorgaande St.), wanneer wij geleid worden door de Rede, alleen een grooter goed en een kleiner kwaad zullen begeeren of kiezen. H.t.b.w. (Suchtelen - nl)
4, prop 65, demo - Un bien qui est un obstacle à la jouissance d’un bien plus grand est en réalité un mal ; le bien et le mal, en effet (comme nous l’avons montré dans la Préface), se disent des choses en tant que nous les comparons entre elles ; et (pour la même raison) un mal moindre peut être un bien ; c’est pourquoi (par le Corollaire de la Proposition 63) sous la conduite de la Raison nous ne poursuivrons ou ne rechercherons de deux biens que le plus grand, et de deux maux que le plus petit. C.Q.F.D. (Misrahi - fr)
4, pref - Llamo "servidumbre" a la impotencia humana para moderar y reprimir sus afectos, pues el hombre sometido a los afectos no es independiente, sino que está bajo la jurisdicción de la fortuna, cuyo poder sobre él llega hasta tal punto que a menudo se siente obligado, aun viendo lo que es mejor para él, a hacer lo que es peor. Me he propuesto demostrar en esta Parte la causa de dicho estado y, además, qué tienen de bueno o de malo los afectos. Pero antes de empezar, conviene decir algo previo acerca de la perfección e imperfección, y sobre el bien y el mal.
Quien ha decidido hacer una cosa, y la ha terminado, dirá que es cosa acabada o perfecta , y no sólo él, sino todo el que conozca rectamente, o crea conocer, la intención y fin del autor de esa obra. Por ejemplo, si alguien ve una obra (que supongo todavía inconclusa), y sabe que el objetivo del autor de esa obra es el de edificar una casa, dirá que la casa es imperfecta, y, por contra, dirá que es perfecta en cuanto vea que la obra ha sido llevada hasta el término que su autor había decidido darle. Pero si alguien ve una obra que no se parece a nada de cuanto ha visto, y no conoce la intención de quien la hace, no podrá saber ciertamente si la obra es perfecta o imperfecta. Este parece haber sido el sentido originario de dichos vocablos. Pero cuando los hombres empezaron a formar ideas universales, y a representarse modelos ideales de casas, edificios, torres, etc., así como a preferir unos modelos a otros, resultó que cada cual llamó "perfecto" a lo que le parecía acomodarse a la idea universal que se había formado de las cosas de la misma clase, e "imperfecto", por el contrario, a lo que le parecía acomodarse menos a su concepto del modelo, aunque hubiera sido llevado a cabo completamente de acuerdo con el designio del autor de la obra. Y no parece haber otra razón para llamar, vulgarmente, "perfectas" o "imperfectas" a las cosas de la naturaleza, esto es, a las que no están hechas por la mano del hombre. Pues suelen los hombres formar ideas universales tanto de las cosas naturales como de las artificiales, cuyas ideas toman como modelos, creyendo además que la naturaleza (que, según piensan, no hace nada sino con vistas a un fin) contempla esas ideas y se las propone como modelos ideales. Así, pues, cuando ven que en la naturaleza sucede algo que no se conforma al concepto ideal que ellos tienen de las cosas de esa clase, creen que la naturaleza misma ha incurrido en falta o culpa, y que ha dejado imperfecta su obra. Vemos, pues, que los hombres se han habituado a llamar perfectas o imperfectas a las cosas de la naturaleza, más en virtud de un prejuicio, que por verdadero conocimiento de ellas. Hemos mostrado, efectivamente, en el apéndice de la Parte primera, que la naturaleza no obra a causa de un fin, pues el ser eterno e infinito al que llamamos Dios o Naturaleza obra en virtud de la misma necesidad por la que existe. Hemos mostrado, en efecto, que la necesidad de la naturaleza, por la cual existe, es la misma en cuya virtud obra (Proposición 16 de la Parte I). Así, pues, la razón o causa por la que Dios, o sea, la Naturaleza, obra, y la razón o causa por la cual existe, son una sola y misma cosa. Por consiguiente, como no existe para ningún fin, tampoco obra con vistas a fin alguno, sino que, así como no tiene ningún principio o fin para existir, tampoco los tiene para obrar. Y lo que se llama "causa final" no es otra cosa que el apetito humano mismo, en cuanto considerado como el principio o la causa primera de alguna cosa. Por ejemplo, cuando decimos que la "causa final" de tal o cual casa ha sido el habitarla, no queremos decir nada más que esto: un hombre ha tenido el apetito de edificar una casa, porque se ha imaginado las ventajas de la vida doméstica. Por ello, el "habitar", en cuanto considerado como causa final, no es nada más que ese apetito singular, que, en realidad, es una causa eficiente, considerada como primera, porque los hombres ignoran comúnmente las causas de sus apetitos. Como ya he dicho a menudo, los hombres son, sin duda, conscientes de sus acciones y apetitos, pero inconscientes de las causas que los determinan a apetecer algo. En cuanto a lo que vulgarmente se dice, en el sentido de que la naturaleza incurre en falta o culpa y produce cosas imperfectas, lo cuento en el número de las ficciones de las que he tratado en el Apéndice de la Parte primera. Así, pues, la perfección y la imperfección son sólo, en realidad, modos de pensar, es decir, nociones que solemos imaginar a partir de la comparación entre sí de individuos de la misma especie o género, y por esta razón he dicho más arriba (Definición 6 de la Parte II) que por "realidad" y "perfección" entendía yo la misma cosa. Pues solemos reducir todos los individuos de la naturaleza a un único género, que llamamos "generalísimo", a saber: la noción de "ser", que pertenecería absolutamente a todos los individuos de la naturaleza. Así, pues, en la medida en que reducimos los individuos de la naturaleza a este género, y los comparamos entre sí, y encontramos que unos tienen más "entidad", o realidad, que otros, en esa medida decimos que unos son "más perfectos" que otros; y en la medida en que les atribuimos algo que implica negación —como término, límite, impotencia, etc.—, en esa medida los llamamos "imperfectos", porque no afectan a nuestra alma del mismo modo que aquellos que llamamos perfectos, pero no porque les falte algo que sea suyo, ni porque la naturaleza haya incurrido en culpa. En efecto: a la naturaleza de una cosa no le pertenece sino aquello que se sigue de la necesidad de la naturaleza de su causa eficiente, y todo cuanto se sigue de la necesidad de la naturaleza de la causa eficiente se produce necesariamente.
Por lo que atañe al bien y al mal, tampoco aluden a nada positivo en las cosas —consideradas éstas en sí mismas — , ni son otra cosa que modos de pensar, o sea, nociones que formamos a partir de la comparación de las cosas entre sí. Pues una sola y misma cosa puede ser al mismo tiempo buena y mala, y también indiferente. Por ejemplo, la música es buena para el que es propenso a una suave tristeza o melancolía, y es mala para el que está profundamente alterado por la emoción ; en cambio, para un sordo no es buena ni mala. De todas formas, aun siendo esto así, debemos conservar esos vocablos. Pues, ya que deseamos formar una idea de hombre que sea como un modelo ideal de la naturaleza humana, para tenerlo a la vista, nos será útil conservar esos vocablos en el sentido que he dicho. Así, pues, entenderé en adelante por "bueno" aquello que sabemos con certeza ser un medio para acercarnos cada vez más al modelo ideal de naturaleza humana que nos proponemos. Y por "malo", en cambio, entenderé aquello que sabemos ciertamente nos impide referirnos a dicho modelo. Además, diremos que los hombres son más perfectos o más imperfectos, según se aproximen más o menos al modelo en cuestión. Debe observarse, ante todo, que cuando digo que alguien pasa de una menor a una mayor perfección, y a la inversa, no quiero decir con ello que de una esencia o forma se cambie a otra; un caballo, por ejemplo, queda destruido tanto si se trueca en un hombre como si se trueca en un insecto. Lo que quiero decir es que concebimos que aumenta o disminuye su potencia de obrar, tal y como se la entiende según su naturaleza. Para concluir: entenderé por "perfección" en general, como ya he dicho, la realidad, esto es, la esencia de una cosa cualquiera en cuanto que existe y opera de cierto modo, sin tener en cuenta para nada su duración. Pues ninguna cosa singular puede decirse que sea más perfecta por el hecho de haber perseverado más tiempo en la existencia, ya que la duración de las cosas no puede ser determinada en virtud de su esencia, supuesto que la esencia de las cosas no implica un cierto y determinado tiempo de existencia; una cosa cualquiera, sea más o menos perfecta, podrá perseverar siempre en la existencia con la misma fuerza con que comenzó a existir, de manera que, por lo que a esto toca, todas son iguales.
4, prop 63, cor - El deseo que nace de la razón nos hace seguir directamente el bien y huir indirectamente del mal.
corollarium by 4, prop 63, cor
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4, prop 65, cor - Según la guía de la razón, seguiremos un mal menor que nos reporte un bien mayor, y renunciaremos a un bien menor que sea causa de un mal mayor. Pues el mal que aquí se llama menor es, en realidad, un bien, y el bien, por el contrario, es un mal; según eso (por el Corolario de la Proposición 63 de esta Parte) apeteceremos aquel mal y renunciaremos a este bien. Q.E.D.
4, prop 65, cor - Malum minus pro majore bono ex rationis ductu sequemur et bonum minus quod causa est majoris mali, negligemus. Nam malum quod hic dicitur minus, revera bonum est et bonum contra malum; quare (per corollarium propositionis 63 hujus) illud appetemus et hoc negligemus. Q.E.D.
4, prop 65, cor - Nous rechercherons sous la conduite de la Raison un mal moindre pour un plus grand bien et renoncerons à un bien moindre qui est cause d'un mal plus grand, car le mal appelé ici moindre, est en réalité un bien, et le bien inversement un mal ; nous appéterons donc le mal (Coroll. de la Prop. 63) et renoncerons au bien. C.Q.F.D. (Appuhn - fr)
4, prop 65, cor - We may, under the guidance of reason, pursue the lesser evil as though it were the greater good, and we may shun the lesser good, which would be the cause of the greater evil. For the evil, which is here called the lesser, is really good, and the lesser good is really evil, wherefore we may seek the former and shun the latter.
(Elwes - en)
4, prop 65, cor - Unter der Leitung der Vernunft werden wir ein kleineres Übel um eines größeren Gutes willen wählen und auf ein kleineres Gut, das die Ursache eines größeren Übels ist, verzichten. Denn das Übel, das in diesem Fall ein kleineres heißt, ist eigentlich ein Gut und das Gut umgekehrt ein Übel. Daher (nach Zusatz zu Lehrsatz 63 dieses Teils) werden wir jenes verlangen und auf dieses verzichten. -W.z.b.w. (Stern - de)
4, prop 65, cor - Guidati dalla Ragione noi sceglieremo un male minore in vista d'un bene maggiore, e trascureremo un bene minore che è causa d'un male maggiore. Infatti il male, che qui diciamo minore, è in realtà un bene, e, viceversa, il bene minore è un male: ragion per cui noi perseguiremo quel male e trascureremo questo bene. (Conseg. d. Prop. 63 c.s.). (Peri - it)
4, prop 65, cor - Wanneer wij geleid worden door de Rede zullen wij terwille van een grooter goed een geringer kwaad verkiezen en een geringer goed, dat oorzaak is van een grooter kwaad, verwaarloozen. Immers het kwaad dat hier "geringer" genoemd wordt, is eigenlijk een goed, het goed daarentegen een kwaad. Zoodat (vlg. Gevolg St. LXIII v.d. D.) wij het eerste zullen begeeren en het tweede opofferen. H.t.b.w. (Suchtelen - nl)
4, prop 65, cor - Sous la conduite de la Raison nous poursuivrons un mal moindre pour un bien plus grand et nous négligerons un bien moindre qui serait la cause d’un mal plus grand. Car le mal qu’on dit ici moindre est en réalité un bien et le bien est au contraire un mal ; c’est pourquoi (par le Corollaire de la Proposition 63) nous poursuivrons le mal et négligerons le bien. C.Q.F.D. (Misrahi - fr)
used by : 4, prop 66, cor
4, prop 63, cor - El deseo que nace de la razón nos hace seguir directamente el bien y huir indirectamente del mal.
used by : 4, prop 66, demo | 4, prop 66, cor